piel y ojos

Sentimientos y(en) fotos.

8.12.06



Al olmo de mi hermana le diagnosticaron la enfermedad holandesa de los olmos. El tratamiento era muy caro: se decidió que la enfermedad siguiera su curso fatal. Pero el árbol era viejo y astuto: a lo largo de un siglo había entrelazado sus raíces con la cañería de la cloaca. Su muerte resultaría más cara todavía. Por dos mil dólares, con una enorme jeringa conectada a un motor, se le inyectó lentamente, en veinticuatro horas, una cubeta de líquido con medicamento.

Según los expertos, el olmo ahora está sano y fuerte y no hay que hacer caso de sus síntomas de hipocondríaco.Como la tala es peligrosa, se duda entre la psicoterapia o la mudanza.

(Ana María Shua, botánica del caos)